Quizás sea el más conocido de los vampiros del norte. Se individualizó a partir de la epopeya inglesa Beowulf, en dónde se dice que es un Troll, pero en las tradiciones danesas, Grendel es un ser que nada tiene que ver con los Trolls, salvo en su afición por la carne humana.
El poeta anónimo que lo inmortalizó en el Beowulf, nos dice que pertenece a la raza de Caín, sin dudas para darle al escrito un carácter más católico, aunque todos los especialistas coinciden en que la trama es sin duda muy antigua, y por lo tanto, profundamente pagana.
Es un vampiro de dimensiones sobrehumanas y de carácter púramente sobrenatural; es decir, nadie puede convertirse en un Grendel. Odian el sonido de las campanas, las armas no los dañan; y cuando atacan lo hacen sin piedad; pueden llegar a diezmar poblaciones enteras.
En algunas crónicas medievales se habla de los ataques sufridos por algunos monasterios suecos, en dónde se llegó a atribuirles a estos seres más de 200 muertos en una noche. No se conforman sólo con beber sangre, sino que aman la carne humana, incluso la de los difuntos.